17 febrero 2007

Proteger a los niños enseñando

El otro día leía una artículo de Reverte en el SemanalXL que hablaba de un niño jugando por la calle con un sable. Me recordó que, de pequeños, muchos de nosotros jugábamos a cazar pájaros en el campo con rifles de aire comprimido y carabinas, y aquí no pasaba nada. Ni pasó. Porque de esos amigos, no ha salido de momento ningún asesino en serie, atracador o parricida. Esto fue porque muchos de nuestros padres nos lo enseñaron como algo normal. Con algunas cosas es mejor enseñar que prohibir. La prohibición conlleva a que la persona aprenda en privado, y es en esa circunstancia cuando las cosas se pueden torcer.
Por ejemplo, hoy tenemos el problema del alcohol en los jóvenes. Pero con las nuevas leyes del alcohol que pretenden sacar, pasaremos de ver a gente bebiendo en la calle a hacerlo escondidos en garajes y casas, como en EEUU. No tengo la varita mágica, pero creo que quitando los botellones de la calle estamos utilizando lo de "ojos que no ven, corazón que no siente", pero no resolviendo el problema.